viernes, enero 21, 2005

La herida.

Todo lo que escribo tiene el mismo maldito argumento.

Dentro de mí sólo hay una historia, y nunca seré capaz de contarla. Porque ha sido ella quien me ha escrito a mí.

Ojalá pudiera arrancarme las letras, la piel, los personajes. Todas las escenas.

Los cuatro aburridos del público -uno incluso me ha obligado a pagarle por venir a ver este bodrio- bostezan y me miran con lástima, esperando que acabe derrumbada en medio del escenario.

No les defraudaré.


Siempre es la misma función,
el mismo espectador...
el mismo teatro en el que tantas veces actuó
y perder la razónen un juego tan real
quizás fuera un error
cúrame esta herida
por favor.

(Héroes del Silencio, "La Herida")

4 comentarios:

Gabriel Noguera dijo...

Pues yo estoy sentado en primera fila y la obra me parece realmente interesante.

Y algo de esto sé, choupiza mía. :****

Anónimo dijo...

Algunos espectadores permanecemos callados, sobrecogidos, espectantes. No deseamos molestar a la actriz principal a la que admiramos profundamente y a la que queremos, después de haberla acompañado en su búsqueda de flores por el asfalto.

La obra es triste, dulce y bella, como Galicia. La actriz, una mujer maravillosa que aún tiene mucho que contar, mucho que vivir, muchos argumentos que escribir. Una mujer muy especial, que no puede derrumbarse.

Las heridas sanan. Siempre sanan. La sangre asusta pero sólo es sangre.

No te hundas, guapa. ¡Ánimo! Que ya no queda nada ;)

Irune

Anónimo dijo...

(* expectantes) ¡Dios, qué horror!

Irune otra vez, dándose golpes de pecho.

Roberto dijo...

Aquí hay un espectador que te quiere y admira y desde luego no espera que la actriz principal caiga derrumbada sobre el escenario, lo que espera es que la historia siga el nuevo rumbo que ha tomado hasta llegar al final feliz...

No te hundas... desde aquí te mando un abrazo muy fuerte :)