martes, enero 25, 2005

Desde el camposanto




Niña, casi mujer,
Ven conmigo a escarbar las tumbas que habitan este jardín
Retira las flores marchitas del camposanto anticipado
Levanta con fuerza la losa terrible
Que cubre la tierra, que aplasta las piedras
Que sepultan el cadáver que yo misma asesiné.


Reza ahora una oración por el alma que un día tiré a la basura
Y guíñale un ojo a la muerte amenazándola con mi Resurrección
Vamos, ayúdame, deja tu sudor en la humedad de la tierra
afila tus uñas de tanto hundirlas en los rastros de polvo que aquí quedan...
Por fin, atrévete, osa desenterrar lo que eras.


Niña, casi mujer,
Contempla ese rostro que un día fue tuyo
Esa sonrisa inquieta y ávida de nuevos amaneceres
Esos ojos cerrados, frustrados por no tener vista,
Contémplate, y piensa
¿Cómo es posible que en esa alma ahora habite
el insoportable hedor a mierda?

Ríe... ríe para evitar afrontar la realidad...
Que fuiste tú quien quiso cerrarle
la boca de esta manera. Que en verdad no fue nadie más.


Es difícil, ¿verdad?
Es difícil observar tu propia mortaja,
Saber que tú misma lo tenías todo preparado,
Y lo querías así...
¿Duele? ¿Te duele verte? ¿Te duele no poder bailar sobre tu tumba
porque tus pies están petrificados por culpa de la cruda realidad?

Pues imagina... imagina lo que me duele a mí
Que sigo teniendo vida en algún remoto rincón del mundo
Saber que fuiste tú la que me envió aquí
Saber que tú misma, yo misma, la niña casi mujer
Me aplastaste y me aplasté
como una mosca ese invierno
Por mis eternos, por tus eternos
Devaneos de sirena.

Qué duro es, en verdad, qué duro es...
Sentir la carne fría y que no hay sangre en mis venas.






Pero, te hablo. Estoy aquí y lo sabes.
Estoy dentro de ti. Aún está disponible la opción de liberarme.
Aún no me has matado del todo, aún no he sido sepultada para siempre
En el más lejano de los infiernos...
¿Quieres despertarme? ¿Quieres despertarte?
Tal vez sigas prefiriendo esa pesadilla en la que ocultarte
para no verme de nuevo en mi tumba,
para no tener que vencer el miedo y otra vez tocarme
Niña, casi mujer.

1 comentario:

Gabriel Noguera dijo...

Qué bueno es.