miércoles, noviembre 24, 2004

Nostalgia

Aquellos días en los que fuimos reyes, dioses y personajes de cuento. Y aquellos en los que no fuimos nada, sólo dejábamos pasar el tiempo. Aquellos en los que nos enfadábamos.

Qué razón tenía Joaquín Góñez, nunca se debe regresar a los lugares en los que algún día fuimos felices. Y menos vivir en ellos la rutina del día a día.

miércoles, noviembre 10, 2004

3.

Escojo la melancolía

Por las noches que fuimos

Porque algún día me
gustará recordar cómo
me amas hoy

Porque los sueños no acabarán
hasta que los subastemos a la realidad
del día a día

Porque tus manos en mi espalda
dejarán un sendero inescrutable
para las manos de otros (nunca lo descubrirán)
y no para mí.

Por el presente incierto
y el buen futuro por conocer
elijo el pasado conocido

Porque desde la Melancolía
me abrazan ellos, los ya olvidados
las canciones vuelven a ser emociones

y la tristeza hace justicia a su fama.

lunes, noviembre 08, 2004

Odio

Odio
odio
odio
odio
odio

y

odio

miércoles, noviembre 03, 2004

A quien me quiera querer



A quien me quiera querer le pediré que me quiera por mí. Que no se enamore de unos trocitos y deseche los otros como inservibles, obsoletos o que intente cambiarlos. A quien me quiera querer, le diré que soy un puzzle indivisible formado por millones de piezas, que a primera vista parecen inconexas pero en realidad están ensambladas para siempre; en ocasiones llega una nueva pieza, y se hace un hueco entre las demás, pero tiene que aceptarlas.

Soy una persona formada por muchas personas, y aunque algunas parezcan borrosas o insignificantes, son tan fundamentales como las más resplandecientes; sin una de esas personas, los engranajes que me permiten existir no funcionarían. Demasiadas veces alguien ha jugueteado con mis piezas y las ha trastocado, demasiadas veces han tratado de aplastar partes de mí misma y han conseguido anularme por un tiempo; pero, un día u otro, al fin y al cabo, esas partes han vuelto y se han recompuesto para ofrecerme otra vez el cachito de vida que me aportaban.

A quien quiera cambiarme para quererme le diré: si me quieres, acéptame con todo. Acepta mis neuras, mis nervios, mi inseguridad. Acepta mis contradicciones. Ámame, no te inventes un sucedáneo de mí misma al que te resulte más fácil adaptarte. Así no me amarás, sólo allanarás el camino durante un tiempo para redescubrir más adelante que hay curvas, zonas abruptas e incluso caminos de cabras por los que es necesario pasar de puntillas.

Acéptame si quieres amarme, que para desheredar y desterrar partes de mí misma, ya me basto yo.